La Salud Integrativa es un modelo de atención que entiende que el ser humano debe ser comprendido en su totalidad y particularidad. Esta visión abarca nuestro entorno físico, emocional y social.
Nace de una nueva manera de concebir el mundo en la que estamos comprendiendo la interconexión e interdependencia entre el yo, el nosotros y nuestro entorno. Nos vemos y sentimos parte de una gran red unida por delicados hilos. Influimos y estamos influenciados por todo lo que nos rodea.
Así, concebimos la salud no como la ausencia de enfermedad, sino como el bienestar que nace del equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Desde esta perspectiva, el abordaje de una «enfermedad» requiere de varios enfoques que integrados proporcionan una respuesta completa.
Para lograrlo, en nuestro caso, tenemos en cuenta los fundamentos de la medicina convencional y complementaria, la nutrición celular, terapias para gestionar las emociones, técnicas de consciencia, actividad física adaptada, y algunas tecnologías de diagnóstico que determinan la influencia del entorno en nuestra salud, como los estudios de biohabitabilidad.
En la salud integrativa, no existe «el o la paciente» como un sujeto pasivo que espera que le den las respuestas. Creemos que quien consulta por su salud está realmente interesado en mejorarla, y esta primera actitud activa demuestra su capacidad para identificar y modificar los factores que le están enfermando y lograr nuevamente el equilibrio. La clave está en tu auto-cuidado.
El Camino del Autocuidado
La experiencia nos dice que la mayoría de las respuestas a las causas de un desequilibrio en el estado de salud las tiene el o la paciente. Sin embargo, muchas veces buscamos las respuestas fuera de nosotros mismos.
Mejorar nuestra salud a menudo comienza con acciones simples: comer bien, dormir adecuadamente, y practicar una actividad que nos brinde relajación y placer. Pregúntate: ¿Cómo funciona tu organismo en estos aspectos? Algunas preguntas para reflexionar son:
1. ¿Cuál es el origen de mi enfermedad?
Es fundamental abordar no solo el síntoma, sino el problema subyacente. Por ejemplo, la obesidad puede ser el reflejo de un problema emocional como la ansiedad. Mientras no trabajemos sobre la causa, ninguna dieta será efectiva.
2. ¿Cuáles son mis rutinas de vida?
¿Eres consciente de tus hábitos? Reflexiona sobre cómo afectan tu salud y considera hacer cambios que beneficien tu bienestar.
3. ¿Qué cambios necesito y quiero hacer?
Identifica acciones concretas que puedas implementar a corto y largo plazo.
4. ¿Quién me puede ayudar?
Identifica personas en tu entorno, amigos, familiares, o terapeutas que puedan apoyarte en tu camino hacia mejor salud.
5. ¿En cuánto tiempo quiero lograrlo?
Plantea tus metas acorde a tu estilo de vida.
6. ¿Cómo sabré que lo he logrado?
Establece indicadores claros que te ayuden a medir tus avances.
Conocerse, comprenderse y amarse son la clave para el viaje del auto-cuidado. No se trata de ser rígido, sino de disfrutar de ser protagonista de tu bienestar.
La Importancia de la Compañía
Este camino hacia el autocuidado es más enriquecedor si se lleva a cabo en compañía. Compartir tus dudas y experiencias con terapeutas y otros pacientes te brindará apoyo y motivación.
Aprender en grupo, en un entorno donde todos buscan mejorar su salud, es una manera poderosa de encontrar nuevas herramientas y enfoques, compartiendo logros y dificultades.
Para la salud integrativa, el autocuidado es un trabajo que combina lo personal y lo colectivo. ¡Nadie sabe más que todos juntos!
Carlos Morales Martín
Médico, especialista en Homeopatía y Nutrición Celular
Fundador de Ser Integral Salud Integrativa