La sabia durmiente. Chamanismo femenino

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

Despertar a la Sabia que llevamos en nuestro interior es una tarea que requiere de la mujer enfrentarse a su propia sombra

Resulta ser un reto que implica cierto riesgo. Sí, esa clase de riesgo que, siempre al final, es un regalo de transformación.

La mujer que comienza el despertar a su Sabiduría se encontrará, en primer lugar, con el plomo que ha de transformar en oro. Ese plomo, como metáfora de energía bruta hecha de dolor y de miedo, se convertirá en energía sutil dorada; el oro del gozo y el empoderamiento que están desde hace mucho tiempo esperándola en su mundo interno. Porque cuando a una mujer le llega el momento de encontrarse con el arquetipo de La Sabia Interna, lo primero que encuentra son los temores y sufrimientos, que se transformarán en los diamantes de riqueza que lucirá más adelante como mujer de Sabiduría.

En nuestra infancia hemos recibido admoniciones. Este es un término que viene en su raíz de la palabra “administrar”. Son esas palabras y frases negativas que nuestra mente infantil creyó y convirtió en creencia, porque de pequeñitas creímos lo que las personas adultas decían qué éramos (“nos administraron”) y cómo éramos.

En los círculos de mujeres nos ayudamos unas a otras a ver esas partes que hemos de transformar. Porque escuchando en el grupo, y siendo escuchadas, nos sentimos comprendidas y amparadas, y surge espontáneamente la ayuda y la comprensión mutua.

Las mujeres de la antigüedad, nuestras ancestras genuinas y sabias, llevaban el autoconocimiento a su extremo, porque eran conocedoras de que para alcanzar y despertar a la Bondad, la Verdad y la Belleza se requería una constancia del día a día y no perder de vista la gran energía que aporta el círculo de mujeres para desarrollarnos y florecer en nosotras mismas.

Sabia durmiente 2

Muchas mujeres que acuden al círculo “Ciclo Misteria” dicen: “he estado a punto de no venir, pero he de reconocer que hay mucha diferencia en cómo he venido y cómo me voy”. Se sienten agradecidas de la energía recibida del círculo, y también se sienten satisfechas de haber podido aportar su energía y conocimiento a las demás.

Y es que no es fácil desenredarnos de tantas y tantas tareas de las que nos encargamos las mujeres para poder abrir un espacio exclusivo para nosotras. El ciclo gestación “Misteria” es una tarde al mes, y algunas mujeres se dan cuenta, y se lamentan, de que ni siquiera de ese tiempo disponen con facilidad en exclusiva para ellas, para poder acudir al encuentro de mujeres. Una de las jóvenes del grupo exclamó: ¡Vaya esclavitud, me he dado cuenta de que ni tres horas al mes tengo solo para mí misma! Más adelante, tuvo más atención y cuidado consigo misma y no faltó al encuentro mensual.

Pero es que, si no nos nutrimos nosotras ¿a quién vamos a dar? ¿y qué? Hemos de alimentarnos teniendo espacios y tiempos especiales donde poder viajar a nuestro mundo interno, ese mundo subterráneo donde están todas las joyas, la llamada “Cueva de la Sabia Interna” que habita en nuestro útero. Ahí es donde tenemos que ingresar, ya que es de gran importancia mirar de frente la oscuridad propia y aceptarla.

Se dice en la Sabiduría ancestral de círculos de mujeres que nuestro centro es el Útero-Corazón. Porque el corazón es como una flor de loto que no florece si sus raíces no están bien sumergidas en la oscuridad del fango, metáfora de esa oscuridad jugosa de nuestro útero donde encontraremos la información y la energía que da sentido a todo.

En los encuentros surgen las palabras que nos hacen hallar el camino de nuestra propia realización. Mujeres que hablan y escuchan, tejiendo hilos de luz para que la memoria femenina propague su legado. Descubrimos, mediante ritual, dones y semillas que podrán fructificar más adelante, y alcanzamos la pericia que es necesaria para abrirse camino como cada cual desea hacerlo.

Decían las Sabias Brujas antiguas que las heridas femeninas del alma se curan en la quietud. Así lo hacemos en el círculo, aquietadas escuchando el sonido del tambor chamánico que nos conecta directamente con la serenidad contenta de nuestro útero, porque ahí, en esa cueva íntima, hay alivio inmediato de todos nuestros malestares y tensiones.

Muchas mujeres buscan magias y poderes. Pero no he conocido nada más mágico y poderoso que el autoconocimiento. Solo indagando en nosotras mismas, en nuestras entrañas dolorosas, podremos romper las cadenas que nos impiden ser, dejar atrás la baja autoestima que te repite que no eres capaz, el miedo a lograrlo o no lograrlo y, a veces, un deseo tan profundo de agradar que al final dejamos de agradarnos a nosotras mismas.

Sí, el lugar más propicio para comenzar el hallazgo de la Sabia Interna es un círculo de feminidad, porque ahí se encuentran mujeres que ya han sembrado y han recogido la cosecha de su mundo interior. Los encuentros están llenos de lágrimas de llanto y de risa, de alegría, de nostalgia, de pasión, amor y compasión que impregnan al círculo y a cada una como gotas de rocío. Lágrimas que son el ungüento más preciado de la Sabia, su gran tesoro para dar vueltas al Majestuoso Caldero cuando sentimos que ha llegado el momento de renacer, dejar atrás el invierno interior, echar nuevas hojas y hermosas flores que se convertirán en grandes frutos.

 

Ángeles Sánchez

Transmisora de Tradición Celta y Chamanismo Femenino en la Asociación ArtemisaDana

artemisadana.wordpress.com

 

 

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!

5 minutos de lecturaActualizado: 11/10/2018Publicado: 06/09/2018Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas:
¿Buscas algo?
Descubre más sobre este tema
¿Eres profesional del sector?

Contacta con nosotros queremos escucharte y formar juntos una comunidad de salud y bienestar.