Descubre cómo tu cuerpo habla: La enfermedad como lenguaje del alma

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3,8 minutos de lecturaActualizado: 19/10/2024Publicado: 19/10/2024Categorías: Salud NaturalEtiquetas: , , ,

En la moderna sociedad industrial, la enfermedad no se considera un lenguaje, ni un camino, ni tan siquiera se le otorga un sentido, al contrario que en la sociedad arcaica, en la que los hombres se interesaban por el sentido más profundo, no solo de las enfermedades, sino básicamente de todos los acontecimientos. Hoy en día, la enfermedad es vista como un hecho repulsivo que irrumpe en nuestra vida de forma casual. En este sentido, hablar de enfermedades en plural carece de sentido, al igual que hablar de “saludes”. Las personas sanas, por lo tanto, existen únicamente en los libros de anatomía y demás textos médicos.

Desde el enfoque bélico de la medicina convencional, el médico se alía con el paciente contra los síntomas, intentando suprimirlos lo antes posible. Esta actitud se refleja en los términos como «anti», «bloqueantes» e «inhibidores»; por ejemplo, antidepresivos y betabloqueantes. Sin embargo, existe otra perspectiva: la esotérica.

Desde esta visión, el médico se alía con los síntomas para comprender qué le ocurre al paciente para que necesite estos síntomas. Cada síntoma se considera así como un mensaje importante. Por ejemplo, cuando un médico diagnostica una «neumonía», sería interesante preguntarse ¿por qué deja de interpretar cuando la situación es crítica para el paciente? El pulmón, vinculado al contacto y la comunicación, puede representar un conflicto en la comunicación. Esto podría explicar la frecuencia de neumonías en Unidades de Cuidados Intensivos, donde la comunicación se limita a tubos y electrodos.

En la medicina esotérica, se supone que cada incidente corporal expresa un contenido espiritual profundo; es decir, el cuerpo actúa como espejo del alma. Si simplemente se tapan los síntomas con métodos convencionales, se refuerza la problemática espiritual. La supresión de síntomas desplaza el problema al inconsciente, un enfoque que no sería aceptable en otros contextos, como el técnico. Por ejemplo, si una alarma suena, nadie simplemente la silencia sin investigar la causa.

Por ciencia sabemos que no se puede eliminar nada, pero sí se puede transformar. La idea de «la enfermedad como lenguaje del alma» ofrece un desplazamiento más útil, de retorno del plano físico al psicoespiritual. Solucionar problemas de salud requiere tratar con las causas subyacentes.

Instaurar un cuadro clínico ocurre cuando los temas esenciales que las personas niegan consciente se traducen en síntoma físico. Reprimir problemas mediante la bioquímica (como la cortisona) o el pensamiento no es eficaz. Debemos aprender a comprender los síntomas y llevar a la conciencia los contenidos que dan origen a los problemas físicos. La conciencia permite la posibilidad de solucionar el problema aquí y ahora, liberando al cuerpo de su carga.

En cada camino de aprendizaje, hay valiosas lecciones. Aprendemos mejor en el plano de la conciencia que saltar al plano físico. Esto podría dar lugar a una auténtica prevención. La detección precoz es importante, pero es la comprensión consciente de los problemas lo que previene la enfermedad. Una verdadera profilaxis se logra al afrontar nuestras problemáticas internas y evitar que se manifiesten físicamente.

Comprender la enfermedad como lenguaje del alma nos ayuda a ver que forma y contenido son siempre interdependientes. La enfermedad es simplemente la manifestación física de un conflicto espiritual. En este sentido, el lenguaje de los sintomas es un caso especial de un lenguaje corporal más general. Sin embargo, pocas personas comprenden este lenguaje. El lenguaje no solo se comunica verbalmente; también ocurre a través del cuerpo.

El lenguaje corporal se complementa con expresiones coloquiales, refranes y figuras retóricas. Los hallazgos diagnósticos de la medicina clínica pueden contribuir a la interpretación. La medicina psicosomática no se opone a la medicina convencional; la completa y expande, ayudando a ver al paciente en su totalidad. El que busca sanación necesita una medicina que integre cuerpo, alma y espíritu.

Los síntomas y diagnósticos pueden interpretarse en conjunto, formando un patrón completo del cuadro clínico. Ciertas preguntas ayudan en esta interpretación: ¿qué significa esto para el paciente? ¿Qué le impide avanzar? ¿Qué le obliga a enfrentarse a esta sintomatología? La enfermedad puede ser un camino hacia la autoexploración y el crecimiento.

Dr. Ruediger Dahlke

Escritor. Conferenciante

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