En mi obra EL YOGUI, he tratado de capturar la esencia de la sabiduría de la India, a través de la vida de un yogui desde su nacimiento hasta su último aliento. En su ardua búsqueda de la liberación de la mente y la autorrealización espiritual, este yogui se encuentra con una serie de mentores que le impartirán enseñanzas valiosas, que son como luces en el camino hacia el despertar de la consciencia y la iluminación.
Esta obra ha sido siempre muy bien acogida por lectores de todas las edades y creencias, lo que ha llevado a que ya haya alcanzado la séptima edición. Ahora, incluimos la segunda parte de la magnífica selección que Antonio García Martínez, un fiel amigo y alumno, ha realizado tras una profunda lectura de EL YOGUI. Aunque su profesión es la de procurador, su espíritu sigue la senda del autodesarrollo y la libertad interior, brillando tanto en el plano cotidiano como en el espiritual.
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– No te aflijas porque esta forma humana que tuvo comienzo debe tener fin, ya que únicamente el Yo real permanece por siempre imperturbable e incambiable.
– Millones y millones de hombres que guerrean, se odian y se dominan, se asemejan a marionetas atrapadas en un ciclo de odio y destrucción. Ellos, impulsados por la codicia, ignoran que este deseo es como un cántaro que pierde agua. La verdadera riqueza reside dentro de nosotros; al poseer, nos volvemos poseídos.
– Recuerda que solamente tú puedes encontrar tu auténtico Yo. Muchos pueden ofrecer orientación y energía, pero no todos los que se dicen iluminados son genuinos. Escucha a todos y respétalos, pero confía en lo que tu mente pueda manifestar en ti.
– Siempre debemos tratar de mantener una actitud alegre ante la adversidad. Esta existencia tiene su parte de dolor, y reconocerlo es la llave para no aumentar nuestra tristeza personal.
– Apegarnos a lo material y lo inmaterial es insensato, pues todo es transitorio. El ciclo de nacer y morir es solo una transformación; al final, todo se reduce a la trascendencia.
– ¿Por qué buscamos afuera lo que está dentro de nosotros? Nos perdemos en la búsqueda exterior y desviamos nuestra atención del ser real que nos habita.
– La conciencia de que el cuerpo no nos pertenece nos anima a vivir con autenticidad. Mantenernos alertas es el primer paso hacia la verdad.
– Un sabio es quien guarda silencio cuando corresponde y sabe cuándo hablar; quien se entrega a la búsqueda del ser sin perder la humildad es un verdadero sabio. Aquellos que han aprendido a vivir con alegría, aceptando tanto el placer como el dolor, encuentran el equilibrio vital.
– ¿De qué sirve conocer las escrituras si no nos entendemos a nosotros mismos? Un instante de amor eclipsa un siglo de rituales vacíos.
– La esencia del heroísmo radica en no hacer daño a los demás, incluso si nos duele a nosotros mismos. Eres un héroe al alegrarte por el bienestar de los otros y al ofrecer amor sin esperar nada a cambio.
– Para despertar, es necesario derribar las ilusiones que nubla nuestra verdadera esencia; cada velo debe ser deshecho para llegar a la luz.
– Aunque no hay atajos en el camino espiritual, debemos encontrar la barca que nos cruce a la orilla de nuestra realización.
– La austeridad y la moderación son vitales en este viaje, y es posible llegar al cuerpo a través de la mente y viceversa.
– El ego es el origen de todos los problemas, es el velo que nos oculta la realidad. Sin embargo, podemos trascenderlo.
– La impermanencia es la naturaleza del universo; aceptar lo inevitable es una clave para el crecimiento personal. Nuestra evolución interior es lo único que carece de límites.
– La vida espiritual no conoce caminos sencillos; el despertar requiere autenticidad y conexión con nuestra vulnerabilidad.
Ramiro Calle
Director del Centro de Yoga Shadak y escritor