El poeta y activista por la paz Thich Nhat Hanh, monje budista de Vietnam, nos presenta unas prácticas espirituales que podemos utilizar para lidiar con la mayor «toxina» de hoy en día: la ira. Este veneno, dice, es el causante de la destrucción de matrimonios, de la vida familiar, de la vida social y de los asuntos internacionales. Lo que comemos, los estímulos que recibimos y la violencia son lo que la disparan.
Pero ¿cómo hacer para entender la ira y lidiar con ella de un modo constructivo?
Nhat Hanh, en su libro: La ira. El dominio del fuego interior, centra sus enseñanzas en reconocer la ira por lo que es, a través de la plenitud y escucharnos a nosotros mismos. En vez de enfurecernos, necesitamos mirar a nuestro interior para entender su naturaleza y origen.
La paz, la felicidad y la comprensión empiezan en nosotros y vienen a nosotros. Su raíz es la interconexión de todo. Por ello, para el autor, la ira no es solo un fenómeno psicológico, ya que cuerpo y mente no pueden separarse. Lo que escuchamos, lo que leemos, etc.. puede ser toxico y afectar a la totalidad de nuestro bienestar, predisponiéndonos a la ira y a otras emociones negativas.
En su libro antes citado, Thich Nhat Hanh afirma: «¿ Por qué has de pasar varias horas, una noche o incluso varios días sufriendo acosado por la ira? Hay una barca que te permite ir rápidamente a la otra orilla. Esta barca es la práctica de nosotros mismos, mediante la respiración consciente, para observar profundamente nuestro sufrimiento, nuestra ira y nuestra depresión, y sonreírles. Al hacerlo venceremos al dolor e iremos a la otra orilla».
Las raíces de la ira se arraigan en la ignorancia, en las percepciones erróneas y en la falta de comprensión y compasión. Cuando das rienda suelta a la ira, simplemente estás abriendo la energía que alimenta la ira en ti, pero sus raíces siguen estando ahí, y al expresar la ira de ese modo, la fortaleces. Este es el peligro que comporta desahogarse.
Cuando actúas con compasión, no castigas ni culpas a nadie. La compasión crece constantemente dentro de ti y puedes triunfar en tu lucha contra la justicia. Mahatma Gandhi fue una de las personas que lo hizo.
Nhat Hanh nos reta a poner en práctica estas enseñanzas de una manera habitual a través de las enseñanzas de Buda: cuando alguien te haga enfadar, dale un regalo. Y si alguien te enfurece hasta ponerte fuera de ti mismo, aquí tienes una práctica espiritual: firma un tratado de paz con él o con el grupo de personas en cuestión. Después de todo, afirma el monje, el enemigo real no son los demás, sino la violencia, la ignorancia y la injusticia en nuestro interior.
Del libro Kárate mental de Bernabé Tierno