Estamos despertando, estamos recordando y ya son muchas las personas que sienten y ven la vida con una nueva mirada, porque ese recuerdo se ha instalado ya en su alma.
Pero antes que nosotros, a lo largo de la historia, larga historia de la Humanidad, poetas, filósofos y místicos fueron poniendo piedritas en el camino para facilitarnos recordar, precisamente en estos momentos, quienes somos y qué hacemos aquí. Experiencias individuales y singulares en la época que vivieron, adelantados a un tiempo que habría de venir, con la misión de inspirarnos y zarandear nuestro espíritu. Y nos dejaron textos que inspiran, que podríamos leerlos, releerlos y meditarlos y el alma se siente reconocida, sea cual sea el momento de la vida que estemos viviendo. El poema de Kaváfis es un mensaje siempre moderno que conecta con la pura esencia de lo que el hombre es.
Con este texto estrenamos este blog que pretende recoger respuestas a muchas de las preguntas que nos hacemos, contando que cada pregunta tiene muchas respuestas, nunca hay una sola y en cada momento vamos a ir eligiendo la que sintoniza con nuestra vibración interior.
Ítaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente, a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías: madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto para aprender,
y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas ese destino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Las Ítacas te han concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
más no tienen otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo y con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis
Feliciana García