Redefiniendo la Riqueza: Lecciones de un Viaje Inesperado

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2,2 minutos de lecturaActualizado: 27/12/2024Publicado: 27/12/2024Categorías: Ramiro CalleEtiquetas:

El padre de una familia adinerada decidió llevar a su hijo a explorar la vida de una comunidad indígena, que, a primera vista, parecía vivir en la pobreza. Su intención era mostrarle al niño lo que significaba tener menos, pero el viaje les enseñó mucho más.

Cuando regresaron, el padre curioso interrogó a su hijo acerca de su experiencia. Esperaba que su hijo valorara más lo que tenía en casa al ver la aparente miseria de otros.

Sin embargo, el niño sorprendió a su padre con una visión completamente diferente. Enumeró sus observaciones de la siguiente manera:

1. *Mientras nosotros tenemos un perro, ellos cuentan con múltiples compañeros caninos que siempre les acompañan.*

2. *Nosotros disfrutamos de una piscina enorme; ellos, en cambio, se recrean en un arroyo que nunca se detiene.*

3. *Mientras adornamos nuestro jardín con faroles, tienen las estrellas brillando sobre ellos cada noche.*

4. *Nuestro patio puede ser grande, pero ellos poseen el horizonte infinito.*

5. *Nosotros vivimos en un pequeño trozo de tierra; ellos cultivan vastos campos que nuestros ojos apenas pueden ver.*

6. *Mientras nosotros contamos con criados, ellos cuentan con una comunidad que siempre se apoya mutuamente.*

7. *Nosotros compramos la comida; ellos siembran su propia sustento.*

8. *Mientras nosotros erigimos muros para protegernos, ellos construyen amistades que les resguardan.*

El padre, atónito por la perspectiva de su hijo, no pudo evitar reflexionar. La conclusión del niño resonó profundamente: -Gracias, papá, por enseñarme lo pobres que somos.

REFLEXIÓN:

Esta fábula es un espejo claro de la realidad que nos rodea. Nos invita a reconocer que lo mejor en este mundo a menudo se encuentra fuera de la mentalidad consumista y ávida de dinero, como bien decía Ramakrishna, aquellos que solo se preocupan por el dinero son verdaderamente pobres.

El ego que se aferra y acumula es como un puño cerrado; en contraste, el ego generoso y dispuesto a compartir se asemeja a una mano abierta que refleja la inmensidad del Cosmos.

En una sociedad saturada de excesos y egoísmo, rara vez se aprecian las cosas simples y bellas de la vida. La pobreza más dolorosa es la que se experimenta dentro de uno mismo, y la mayor ignorancia es creer que se es sabio. Mirar solo lo material nos priva de la belleza del firmamento; por tanto, dejemos de estar atados a las luces artificiales de nuestro jardín y elevemos nuestra mirada hacia las estrellas, que pertenecen a todos y, al mismo tiempo, a nadie.

Ramiro Calle

Director del Centro de Yoga Shadak y escritor

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