“Creo que conocerse a sí mismo es lo más importante que un ser humano puede hacer en su favor. Pero, ¿cómo puede una persona conocerse a sí misma? Aprendiendo a actuar, no como debería hacerlo, sino como en realidad lo hace. Tenemos grandes dificultades para diferenciar entre lo que hacemos como deberíamos y lo que queremos hacer con nosotros mismos”. Moshé Feldenkrais
Autoconciencia a través del movimiento
Con origen en el vocablo latino conscientia (“con conocimiento”), la conciencia es el acto psíquico mediante el cual una persona se percibe a sí misma en el mundo. Existen muchas acepciones para ella, pero entenderemos aquí la capacidad de los sistemas vivos para comprender y regular su comportamiento basado en la retroalimentación que produce su actuación e interacción con el medio.
Todo lo que percibimos del mundo -como existiendo más allá de nuestros cuerpos- y todo lo que percibimos respecto al propio cuerpo, nos llega a través de los nervios sensoriales y se traduce en expresión motora. Moshe Feldenkrais hablaba de los cuatro componentes de la acción y de cómo estos formaban nuestra autoimagen: “Nuestra autoimagen consiste en los cuatro componentes que intervienen en toda acción: conocernos mejor mediante el movimiento ampliando así nuestra autoimagen e incrementando nuestras posibilidades de movernos y adaptarnos al entorno. Es un proceso de aprendizaje que se realiza de manera similar al aprendizaje orgánico por el que aprendimos a movernos en los primeros años de vida.
A través de la autoconciencia nos damos cuenta de qué nos pasa en el cuerpo y en la mente, percibimos incluso la permanente relación entre ambas. Por ejemplo: ¿cuántas veces, ante una situación demandante, dejamos de respirar? ¿qué estamos haciendo al movernos para generar un dolor en una determinada zona? ¿cómo podríamos hacerlo de otra manera? ¿Percibimos con frecuencia nuestras sensaciones corporales?
La autoconciencia nos permite recolectar información sobre sensaciones, sentimientos y emociones. Nos ayuda a comprender nuestras respuestas ante distintas situaciones y este conocimiento interno nos permite desarrollarnos como personas aportando valiosos recursos para nuestro día a día.
Si nos damos cuenta de cómo hacemos las cosas, tendremos información acerca de nosotros mismos: nuestros hábitos, nuestra autoimagen y podremos en este proceso de aprendizaje explorar nuevas posibilidades. Es el inicio del educación y aspectos culturales que influyen en nuestra manera ser y de actuar. Ampliar la autoimagen es percibir partes de nosotros que no sentíamos, encontrar maneras distintas de hacer las cosas para enriquecer nuestras vidas superando dolores y limitaciones. Podemos permitirnos vivir una vida plena de acuerdo a nuestros sueños haciendo uso de nuestro potencial de aprendizaje como seres humanos.
El Método Feldenkrais se practica en clases grupales de Autoconciencia a través del Movimiento y Clases individuales de integración funcional.
Laura Kunin
Profesora Certificada del Método Feldenkrais en Madrid
www.feldenkraisforall.es