Vengo impartiendo clases de meditación cuarenta y dos años. El alcance de la meditación es extraordinario. Las investigaciones actuales constatan lo que aseveraron los yoguis hace miles de años. La meditación favorece el funcionamiento del cerebro y todas sus funciones.
Investigadores de la Universidad de Carolina han verificado con pruebas rigurosas cómo la meditación entona el ánimo del individuo y mejora todas sus operaciones, incluso aunque sólo se practique en una sesión diaria de veinte minutos y con una técnica tan simple como fijar la atención en la punta de la nariz e ignorar los pensamientos que vengan.
Se consigue así por un lado un buen nivel de atención consciente y, por otro, un sosiego vital.
Desde antaño los yoguis han trabajado con la atención concentrada para estabilizar y fortalecer la mente. Además de la concentración en la punta de la nariz, se han servido de la concentración en el entrecejo o en el bajo vientre (denominado hara por los maestros japoneses). El secreto está en ir logrando la unidireccionalidad de la mente mediante el entrenamiento en la concentración y la meditación.
El doctor José Manuel Muñoz Unamuno, que es un magnífico internista que trabaja en un relevante hospital de Inglaterra y un asiduo practicante de hatha-yoga y radja-yoga hace muchos años, resalta hasta qué punto estas técnicas favorecen la integración psicosomática y benefician al ser humano.
El yoga nos aporta una verdadera «farmacia» de procedimientos milenarios para asegurar el bienestar del ser humano y, sobre todo, mejorar sus actitudes de vida y su relación consigo mismo y con los demás. No nos contentemos con leer los «prospectos» de tales medicamentos, sino con ingerirlos.
Ramiro Calle
Centro de Yoga Shadak