Transformando la Mente: El Camino hacia un Cambio Interior Profundo

¿Quieres más?

¿Te gustaría estar siempre al día con las últimas tendencias, consejos y secretos?  Suscríbete a nuestro boletín mensual y sé parte de una comunidad exclusiva.

3,4 minutos de lecturaActualizado: 13/12/2024Publicado: 13/12/2024Categorías: Ramiro CalleEtiquetas:

Tras llevar cuarenta y cinco años impartiendo clases de meditación, muchas veces ha habido alumnos que me han preguntado: “¿Por qué cuesta tanto cambiar algunas tendencias aún sabiendo que nos hacen daño a nosotros y a los demás?“. Cuando hace cinco años mantuve una larga entrevista con el profesor de meditación budista Upul en su centro de Sri Lanka, le pregunté por qué meditar, y su respuesta fue clara: “Para evitar hacernos daño a nosotros mismos y a los demás“.

La meditación es una herramienta poderosa porque va debilitando las raíces insanas de la mente, esas que, por su carácter destructivo o autodestructivo, tanto nos perjudican a nosotros y a los demás.
En todas las personas existen propensiones negativas o neuróticas. Estas tendencias están profundamente arraigadas y varían de unas a otras personas. Surge una pregunta inevitable: ¿de dónde provienen estas tendencias? La respuesta radica tanto en nuestros códigos biológicos como en nuestra historia psicológica y la configuración del ego. Son nocivas porque hacen daño; son insanas porque perjudican la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás.
Como es raro encontrar a una persona con un desarrollo psicológico armónico, estas tendencias tienden a persistir a lo largo de la vida. Si uno no trabaja seriamente para ir debilitándolas, estarán activas hasta las postrimerías de la vida. Estas tendencias se agravan por el núcleo de caos y confusión que suele residir en la mente de cada persona y, sobre todo, porque repetidamente reaccionamos basándonos en ellas. Actos como la ira, la envidia, los celos, la altivez, entre otros, alimentan estos patrones nocivos.

Cada vez que reaccionamos negativamente ante un estímulo externo o emocional, esa reacción se convierte en una especie de clavo que remachamos; estamos potenciando la tendencia nociva que subyace en nuestro interior. Esa reacción desmesurada, ya sea la susceptibilidad, irascibilidad, arrogancia o celos, no solo no neutraliza el impulso negativo, sino que realmente lo fortalece.

Incluso si creemos haber superado una tendencia nociva, esta puede reemerger con fuerza. La razón detrás de esto es que aunque la tendencia puede haberse debilitado, su raíz no ha sido eliminada. El antiguo ejemplo de la palmera ilustra esto perfectamente: aunque se corte el tronco, si no se desentierran las raíces, volverá a crecer. Si la tendencia perniciosa no se erradica completamente, puede resurgir con intensidad. Esto puede llevar a la frustración, pero en lugar de rendirse, uno debe continuar trabajando para transformar sus modelos mentales y adoptar una actitud de lucidez y ecuanimidad que evite reacciones desmedidas.

En este sentido, la práctica metódica de la meditación juega un papel fundamental. Sin embargo, también es crucial estar más alerta en nuestra vida diaria para no dejarnos llevar por tendencias nocivas, sean destructivas o autodestructivas, insanas o neuróticas. Es vital entrenar nuestra capacidad de atención hacia nuestras propias respuestas mentales y emocionales, permitiéndonos distanciarnos de los impactos que alteran nuestra paz y promueven esas tendencias.
No es fácil, pero a medida que avanzamos, comenzamos a desarrollar una visión clara y desapegada que transforma positivamente nuestra psiquis. Una honestidad radical en nuestra observación y examen personal es indispensable, evitando las trampas del autoengaño y las excusas.

La motivación y la fuerza de voluntad son cruciales. Una antigua instrucción dice: “Si hoy no cambias algo en ti, nada te puede hacer pensar que mañana será diferente”.
Recuerda que una suma de pequeños cambios puede resultar en un gran cambio interior. Aquí no hay espacio para la evasión, el pretexto o el autoengaño. Debemos mirarnos con valentía y realmente desear el cambio para que nuestras tendencias nocivas se disipen y logremos que lo mejor de nosotros mismos florezca.

Ramiro Calle

Director del Centro de Yoga Shadak y escritor

Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak

Ramiro Calle

Autoridad del Yoga y Escritor. Director del Centro Sadhak

Ramiro Calle

Comenta este artículo

Haz tu buena obra del día ¡Compártelo!