Tengo trauma?

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La creencia popular es que sólo las personas que han sufrido experiencias muy fuertes, como un abuso sexual, asesinato, participación en guerras, muertes inexplicables, accidente de coche, bullying, etc. tienen trauma, pero no es así …

¿TENGO TRAUMA?

La respuesta es un rotundo sí

Existe el trauma con “T” mayúsculas que son las experiencias que acabamos de mencionar más todos los que la sociedad considera que han sido experiencias de un gran impacto emocional y que las reconocen como traumáticas.

Pero luego están todas aquellas situaciones que hemos sufrido, la mayoría de las veces en silencio, pues nos ha dado vergüenza reconocer que su impacto nos ha afectado grandemente a nivel emocional, y que son los traumas con “t” minúscula.

Estas son las que hemos padecido a temprana edad, incluso en el útero materno, y que entonces no teníamos ni la conciencia ni las herramientas para comprender que en esos momentos no pudimos hacer otra cosa, más que lo que hicimos y que se nos quedan grabadas en el inconsciente.

No nos acordamos de ellas a nivel consciente, pues fueron tan dolorosas que las hemos tapado tan bien para que no nos sigan doliendo, que creemos que las hemos olvidado.

Pero están ahí y cuando menos nos lo esperamos, ocurre alguna situación, que nos conecta con el trauma inicial y es cuando, sin saber por qué, actuamos de forma errática o incluso nos bloqueamos.

Cuando no funcionamos bien en alguna parcela de la vida o decimos frases como “siempre me pasa lo mismo” o “siempre encuentro el mismo tipo de pareja” o “yo no sirvo para…” en el fondo lo que subyace es algún trauma con “t” minúscula. Pero no tenemos la capacidad para identificar que nuestro malestar está relacionado con algo que nos pasó hace mucho tiempo y que lo hemos tapado como mecanismo de defensa frente al dolor.

Cuando no hemos elaborado y liberando el trauma que nos ocurrió, la vida se encarga de presentarnos la misma lección, pero con diferente forma con lo cual muchas veces no nos damos cuenta de que es mas de lo mismo y creemos que es algo nuevo que nos ocurre.

trauma

Quizás, si estamos muy en contacto con nuestras emociones, podemos reconocer que las emociones que sentimos se parecen a las que hemos sentido en otras ocasiones. La situación que nos parece nueva contiene la misma carga emocional del trauma inicial.

Gracias a los avances de la neurociencia, aplicables a la psicología más tradicional, hoy disponemos de numerosas herramientas y técnicas para que la identificación y solución del trauma sea algo rápido y eficaz. Ya no hace falta estar yendo al psicólogo o terapeuta durante años para solventar un malestar que no se sabe de donde proviene.

Estas técnicas y herramientas se sitúan bajo el paraguas de lo que se denomina como Psicología Energética y que empezaron a finales del siglo pasado en Estados Unidos.

Se basan en que el trauma se queda “agazapado” en el inconsciente creando un bloqueo energético cuya manifestación, si no se trata, se exterioriza en el físico. De aquí que padezcamos tantos dolores o incluso enfermedades pues esta es la forma que tiene el organismo de avisarnos de que algo a nivel mental y emocional no está resuelto.

Nuestras enfermedades son fruto de los traumas no resueltos

Cuanto más mayores somos, más hábiles nos hemos vuelto tapando traumas, pero más manifestaciones físicas padecemos. De ahí que las personas de la tercera edad tengan tantos “achaques” que, además, es curioso, muchas de ellas los llevan a gala. Es muy frecuente escuchar a personas mayores contar sus enfermedades como si de medallas de guerra se tratasen. Nos exponen sus enfermedades como indicación de los grandes padecimientos que han tenido que pasar en la vida.

Y así es. Nuestras enfermedades son fruto de los traumas no resueltos. Técnicas como EFT (Emotional Freedom Technique), EMI (Eye Movement Integration), TIC (Técnica de Integración Cerebral), Somatic Experiencing, TRE (Trauma Release Exercises), PET (Pain Errasing Technique), son las más utilizadas por terapeutas, para la liberación del trauma.

Un buen profesional de la relación de ayuda tiene que estar formado en algunas de estas técnicas para que su práctica sea correcta, rápida y eficaz. Como he mencionado antes, ya no hace falta estar años y años para identificar y liberar los traumas, ya sean con “T” mayúscula o “t” minúscula.

Ahora bien, el aprendizaje de estas técnicas sin más, no te capacita para ser un buen profesional de la relación de ayuda. Creemos que, como base, tiene que haber una sólida formación en los procesos mentales y emocionales del ser humano y haber aprendido las habilidades propias de un terapeuta.

Algunas de las técnicas que consideramos fundamentales son: el counseling que es saber escuchar activamente, técnicas de Gestalt, donde adquieres las destrezas para reflejar a tu cliente sus creencias, Análisis transaccional, para aprender los roles que puede adoptar según las situaciones que está viviendo, Inteligencia Emocional para entender las emociones básicas de cualquier persona y conocer en profundidad las etapas del desarrollo del ser humano de 0 a 18 años, el periodo donde adquirimos nuestras primeras experiencias y cuando se van creando los traumas, sobre todo los de “t” minúsculas.

Si quieres elegir un terapeuta para comenzar a trabajar tus traumas, asegúrate que tiene una solida y demostrable formación de base y en las técnicas mencionadas. Y si quieres formarte como terapeuta selecciona un programa integral donde los profesores tengan la formación y práctica necesaria para poder transmitir los conocimientos necesarios para que tu puedas llegar a ser un profesional de éxito.

 

VICTORIA CADARSO TEAM

victoriacadarso.com

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5,1 minutos de lecturaActualizado: 11/10/2018Publicado: 14/09/2018Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: ,