SS Sakya Trizin; una vida (o muchas) dedicada a la sabiduría y la compasión

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Aprovechando algunos días de bonanza, una discreta caravana de refugiados, cruza penosamente los pasos del Himalaya que unen el Tíbet con la India. Este humilde grupo no sería diferente de cualquier otro de los miles de grupos de ciudadanos tibetanos que cruzaron las altas cumbres de la cordillera más elevada del mundo, si no fuera porque entre sus componentes destaca un joven de mirada clara ataviado como un campesino; casi un niño con quince años, llamado Ngawang Kunga. Es la primavera del año 1959.

Al observador ajeno de la escena nada le podría hacer pensar que este frágil joven apenas hace unos meses, con catorce años de edad, había sido entronizado como el cuadragésimo primer Sakya Trizin, el sostenedor del trono de la tradición Sakya, una de las cuatro escuelas tradicionales del budismo tibetano, en una ceremonia ritual de diez días. Los representantes del Dalai Lama y el gobierno tibetano estuvieron allí presentes.

Pero la situación política y militar en el Tíbet había sufrido un rápido y peligroso deterioro, el gobierno chino había consumado la invasión y tomado el control de todas las regiones del Tíbet. La huida del joven Ngawang Kunga, con un pequeño grupo de asistentes y un mínimo estricto de posesiones a la vecina Sikkim al otro lado de la cadena montañosa, pronto se convirtió en necesaria.

En 1950 las tropas chinas habían entrado por la fuerza en el Tíbet, derrotando fácilmente al débil ejército tibetano. Debido al continuo descontento popular, cinco años después estalla la primera rebelión antichina, reprimida de forma muy sangrienta. En 1959 un levantamiento popular apoyado por el ejército se enfrentó a las tropas invasoras, que respondieron violentamente hasta la total ocupación del país.

Tras la cruel represión china unos 70.000 exiliados tibetanos consiguen huir hacia la India. En esta terrible situación Su Santidad Sakya Trizin, como a partir de su entronización sería conocido, decide abandonar el principal asiento sagrado de la tradición Sakya, que su familia había ocupado durante casi 900 años y tomar asilo en la India. Actualmente hay más de 120.000 refugiados en India, Nepal, Bután y Occidente.

Tras la salida del Tíbet, Su Santidad pensó que su más urgente e inmediata tarea era salvaguardar la cultura y la auténtica tradición tibetana. Dedicándose a preservar en el norte de la India, Nepal, Bután y Sikkim la cultura tibetana destruida por las autoridades chinas, al tiempo que asumía públicamente los ideales del pacifismo y la sabiduría y de Manjushri) fue escrita de forma ceremonial en su lengua con un néctar especial preparado con azafrán. Se dice que, durante su nacimiento, el cielo estaba adornado con un extraordinario arco iris.

De niño, su nombre era Ayu Vajra. Más tarde, cuando su padre le dió su primera gran iniciación «Las Nueve Deidades de Amitayus» se le concedió su nombre actual Ngawang Kunga Thegchen Palber Thrinley Samphel Wangyi Gyalpo.

En su infancia y juventud recibió incontables iniciaciones, transmisiones y enseñanzas tántricas, tanto de la tradición Sakya como de la antigua tradición Nyingma.
En 1974, su Santidad se casó con Dagmo Kusho Tashi Lhaki, la hija del ministro del rey de Dege. Ese mismo año tuvo lugar el nacimiento de su primer hijo, Ratna Vajra Rinpoche. Un segundo hijo, Gyana Vajra Rinpoche, nacería cinco años más tarde.

Así, desde los comienzos difíciles del exilio de su tierra natal Su Santidad ha trabajado incesantemente para la preservación y el éxito de la reconstitución de la rica y profunda herencia del Dharma y las enseñanzas Sakya.

Aparte de sus responsabilidades tanto, pedagógicas, filosóficas y religiosas como cabeza de la tradición Sakya, desde muy joven ha emprendido un considerable número de importantes retiros mayores del linaje Sakya. Ha impartido numerosas iniciaciones, ha escrito un gran número de textos, y en particular, ha otorgado el Lam dre, las enseñanzas primordiales del linaje Sakya, en más de once ocasiones.

Por otra parte, no sólo ha sido un guía para la comunidad tibetana en momentos de crisis, sino que también ha dedicado su vida a la expansión de la auténtica sabiduría y compasión en diversas partes del mundo, viajando con regularidad a diferentes países tanto occidentales como orientales, Australia, Austria, Canadá, Estonia, Francia, Alemania, Hong Kong, India, Indonesia, Italia, Japón, Malasia, Mongolia, Nepal, Nueva Zelanda, Rusia, Singapur, España, Suecia, Suiza, Taiwán, Tailandia y Estados Unidos.

Su Santidad Sakya Trizin es considerado por sus discípulos como una fuente inagotable de sabiduría y compasión y como uno de los personajes vivientes que han llevado a cabo con su vida y ejemplo una de las importantes máximas de Shantideva:

“Mientras perdure el espacio y mientras existan los seres vivos,
hasta entonces, pueda yo también continuar para disipar la miseria del mundo”

Para ello ha emprendido importantes proyectos educativos, humanitarios y ecológicos como la creación de instituciones tanto laicas como monásticas que acogen a niños con muy escasos recursos; campañas de solidaridad y primera ayuda en desastres naturales como el terremoto de Nepal o la creación del Hospital Público de asistencia a la comunidad India y Tibetana en Dehradun, en el norte de la India.

Ado Parakranabahu
www.fundacionsakya.org

 

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5,3 minutos de lecturaActualizado: 27/03/2024Publicado: 12/05/2016Categorías: Estilo de VidaEtiquetas: , , , , , , , , , , , , , , ,

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