Masaje Tradicional Tailandés en mujeres embarazadas

Cada vez son más las personas occidentales que viajan al sudeste asiático, y al regresar a su país de origen, observan las diferencias en la forma de vida y las costumbres de un sitio y otro. Un claro ejemplo es la cultura de masaje que existe en Tailandia, donde desde una temprana edad vienen practicándolo de manera habitual. No es de extrañar por tanto que cuando una mujer se queda embarazada, siendo esta una de las etapas más importantes de su vida, siga realizando el masaje al que está acostumbrada desde siempre y que le genera tantas satisfaciones.

El Masaje Tradicional Tailandés no puede considerarse un mero trabajo físico. En Tailandia, siempre se ha vivido como una práctica espiritual muy cercana a las enseñanzas de Buda. El terapeuta de Masaje Tradicional Tailandés desempeña esta función con una actitud meditativa, de recogimiento, con plena consciencia, iniciando el masaje con una reverencia en señal de respeto y agradecimiento al Maestro Fundador y a la persona que va a recibirlo.

El Masaje Tradicional Tailandés, visto desde fuera, puede parecer un masaje duro y potente, sin embargo, este tipo de masaje considerado como un arte en Tailandia, es un trabajo sensitivo, sutil, delicado y lleno de amor. En el que existe una conexión fuera del plano físico, a nivel energético, donde el terapeuta entra en sinergia con las necesidades del receptor. Por todo ello, no es extraño que cada vez más mujeres embarazadas demanden este tipo de masaje para aliviar los síntomas que pueden aparecer durante el embarazo.

Hay estudios que han demostrado que el Masaje Tradicional Tailandés en mujeres embarazadas trabaja el fortalecimiento y movilidad de las articulaciones, reduce el estrés, regula los estados emocionales, libera el dolor en general y especialmente el dolor de la parte baja de la espalda y el dolor de cabeza, ayuda a dormir mejor, mejora la circulación, la digestión y trae la consciencia corporal y el relax necesario para cuando llega el momento del parto; por último también favorece la salud general del bebé. Además, durante la ejecución de este masaje se fomenta la armonización y el estímulo de la energía de la madre con su bebé y se promueve el estrechamiento de lazos, ya que favorece la conexión física y mental entre ambos.

En Tailandia es una tradición muy arraigada, que las mujeres embarazadas reciban masaje a partir del tercer mes de gestación. A la hora de realizarlo, se evitarán estiramientos muy amplios y presiones profundas en puntos considerados de riesgo, tampoco se trabajará de manera intensa sobre las líneas energéticas; todas estas técnicas son sustituidas por presiones profundas en áreas no peligrosas con el uso de compresas de hierbas (luk pra kob), que actúan como extensión de nuestras manos. Estos saquitos herbales, también llamadas pindas en occidente, se fabrican exclusivamente con una mezcla de hierbas medicinales tailandesas, que ayudan a inhibir el dolor y la inflamación, induciendo al paciente en un profundo estado de relajación. También existe la opción de combinar el Masaje Tradicional Tailandés con el masaje de aceites, ésta resulta una combinación armoniosa y extremadamente relajante para la madre y el bebé.

El masaje tailandés es una experiencia fascinante para las mujeres embarazadas. El terapeuta irá ajustando y modificando la postura de la mujer con el objetivo de relajar y equilibrar, de esta forma lleva a cabo un masaje integral, dirigiéndolo y extendiéndolo sobre todas las zonas del cuerpo de la mujer.

En el segundo trimestre de embarazo, gran parte de las mujeres pueden tumbarse cómodamente con la espalda apoyada en el futón durante cortos espacios de tiempo, sin llegar a sobrecargarse. Del mismo modo, que se hace en el Masaje Tradicional Tailandés, donde se comienza la secuencia por los pies y las piernas, así se realiza en las mujeres embarazadas.

Ya en el tercer trimestre, se evitará tumbar a la mujer completamente sobre su espalda, dando paso al trabajo en la posición reclinada sentada. En esta posición se trabaja rodeando el cuerpo con cojines y almohadas para que tenga un buen soporte en la espalda, aunque sin duda, la posición con la que tanto el terapeuta, como la mujer trabajarán más cómodamente y de la que obtendrán más beneficios, es con el trabajo de medio lado.

Desde la postura del durmiente, se trabajan muy profundamente las piernas y sobre todo la espalda, zona fundamental y prioritaria en este tipo de tratamientos, en la que cada vez existe más tensión debido al aumento de peso del vientre.
Debido al vínculo que se produce entre el terapeuta y la mujer embarazada, éste trabajará amorosamente, con presiones pulgares y palmares sobre toda la espalda, poniendo su intención en la liberación del dolor a través de los canales energéticos (sen pra ta sib).

Hay que tener en cuenta que conforme el bebé va creciendo dentro del vientre de la madre, la pared abdominal se expande y la mujer se siente cada vez más pesada. Los músculos de la espalda necesitan trabajar más para soportar el peso y mantener una buena postura. También durante el segundo trimestre, el terapeuta empieza a realizar en la mujer embarazada estiramientos suaves en la parte baja de la espalda (zona sacro-lumbar), haciéndolos más intensos durante el y último trimestre., momento en el que incluso el cuello y los hombros pueden sentir los efectos del peso añadido que soporta la mujer. Estos estiramientos ayudan a erguir la postura de la mujer, creando espacio extra para el acoplamiento del bebé, además de fortalecer los músculos abdominales y la cintura pélvica.

Como mencionamos antes, el Masaje Tradicional Tailandés es un masaje que se realiza en todo el cuerpo, por lo que después de trabajar sobre las piernas y la espalda, continuaremos nuestras manipulaciones sobre el estómago, siempre atentos a las necesidades específicas de cada mujer, buscando un resultado agradable y placentero en todo momento, evitando movimientos bruscos que puedan alterar el estado de paz y equilibrio conseguido. El uso de las compresas herbales (luk para kob), resulta muy relajante para la madre y también para el bebé, gracias a la acción de calor y las hierbas medicinales. Continuaremos el masaje, trabajando los brazos, manos, cuello, cabeza y cara.

En una sesión de Masaje Tradicional Tailandés a embarazadas se evitan los desbloqueos de todo tipo, las presiones directas sobre el ombligo, la percusión thai y tocar puntos terapéuticos considerados de riesgo en los pies y en las manos.

Hay que tener en cuenta que el embarazo supone para la mujer una revolución hormonal y puede producir un estrés al que el cuerpo no está habituado, por ello, no debemos olvidar los beneficios del masaje post parto. El masaje tailandés es ideal para este momento por sus movimientos, estiramientos y manipulación articulares, es una opción muy recomendable para ayudar al cuerpo a recuperar su figura más rápido

El Masaje Tradicional Tailandés ofrece durante el embarazo, no sólo la oportunidad de recibir un masaje, sino un momento de conexión profunda con el bebé. Dependiendo del mes de gestación, la mujer puede disfrutar de los grandes beneficios del masaje tailandés en toda su esencia, sobre pies, manos, brazos, hombros, caderas, espalda, cuello, cabeza y cara. Usando este tipo de terapia manual como aliado durante este proceso tan delicado, hermoso e importante en la vida de una mujer.

Pedro Liébana

Terapeuta

Escuela Rak Saeng

www.raksaeng.es