Liberar energía para poder crear nuestra vida

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¿Por dónde se me va la energía? ¿De dónde puedo obtener yo más energía?

Para llevar adelante nuestro proyecto creativo no es suficiente con nuestra intención, necesitamos también energía disponible.
Para aumentar nuestra energía necesitamos conocer lo que nos da energía y practicarlo y también detectar por dónde se fuga nuestra energía.
El siguiente artículo propone una guía sencilla para detectar fugas de energía y buscar soluciones concretas.

Desde que soy madre soy muy sensible a mi nivel de energía, a los lugares-personas-conversaciones-pensamientos-actividades con los cuales mi energía aumenta y/o disminuye. Sin energía la maternidad y la vida cotidiana se vuelven experiencias muy muy duras.

¿De dónde saco yo más energía? Esta pregunta me ha ido guiando este verano.

A principios de verano me propuse detectar grandes fugas de energía en mí (y en quienes me rodeaban):
* Las quejas y la atención en lo que debería ser, en lo que me parece a mí mejor, en lugar de en lo que está siendo.
* El buscar complacer y la aceptación de todo el mundo. Y ahí entra cuando le doy mi energía a las críticas y juicios de los/as demás acerca de mí y mi manera de vivir.
* La atención en problemas que no tienen solución, por ejemplo cambiar a personas que no quieren ni pueden cambiar, cambiar el pasado o anticipar el futuro.
* miedo-ansiedad.
* Películas atascadas. Cuando la mente se va a un tema recurrente y siempre va al mismo tema sin encontrar solución, ni camino de salida.
* Bloqueos de energía marcados por los no puedo-no sé-no valgo-¿y si me equivoco?

Después de hacer el listado me puse a trabajar en la que detecté como mi fuga de energía principal en ese momento (Por cierto invito a quienes leáis este artículo a pararos y detectar cuál es vuestra fuga de energía principal en este momento, son un par de minutos y si la detectáis podéis ahorrar bastante energía). En mi caso era dedicar mi mente a problemas del pasado que ya no tenían solución y en el presente la tendencia a resistirme y enfadarme cuando las cosas no salen como yo espero. Escribí muchos papelitos que dejaba por casa con el mensaje antídoto de mi fuga de energía: «Siempre hay una manera más alegre y ligera de ver las cosas» y el dibujo de una mariposa. (Invito de nuevo a quienes leáis el artículo a buscar la frase antídoto y el dibujo que puedan ayudar a frenar vuestra fuga de energía. Podéis trabajar la frase escribiéndola o cantándola).

Desde hace años me fascinan las encrucijadas con todo lo que aparece en ellas de incertidumbre-mensajes-intuiciones-señales. Las veía como experiencias que aparecen en nuestro camino de tanto en tanto. En mayo tuve una experiencia que marcó mi investigación acerca de la energía y mi apertura a una nueva visión de las encrucijadas. Estaba en el funeral de mi abuela y mis pensamientos rondaban por el territorio conocido de la culpa-el cómo me hubiera gustado que fueran las cosas-el enfado. En ese momento apareció con mucha claridad otra mirada a la experiencia. Una mirada muy amorosa, y un mensaje lleno de aceptación y de gratitud por lo que sí había sido posible vivir con mi abuela. Vino con mucha intensidad. Yo estaba en una encrucijada, podía quedarme en el territorio conocido o aceptar esta nueva mirada. Pude visualizar delante de mí la encrucijada y los dos caminos. Sentí esta mirada nueva como un regalo de mi abuela, como si ella me lanzara una cuerda y yo me agarré a ella con todas mis fuerzas. Yo quiero sostener esta mirada me dije y tuve la capacidad de permanecer con esa mirada amorosa y llena de gratitud.

Esa experiencia fue muy clara respecto a mi nivel de energía. En el instante en que cambió mi mirada acerca de la experiencia pasé de sentir que se me iba la energía por todos mis poros a sentirme en paz y con mucha fuerza para mi vida cotidiana y el cuidado de mi hijo que por entonces comenzaba a caminar y requería toda mi atención.

Desde ese día cuando me despisto vuelvo a recordar el funeral de mi abuela y que en cada momento puedo ver las cosas-cualquier asunto-desde un lugar más alegre y ligero. Mi abuela me ofreció el regalo de recordar que cada momento es una encrucijada. Ahora mismo estamos en una encrucijada.

Cada momento-encrucijada puedo irme al resentimiento o puedo cultivar la gratitud por lo que sí ha habido y hay.

Cada momento-encrucijada puedo cerrarme y resistirme a lo que está sucediendo o puedo cultivar la aceptación y al aceptar lo que sucede puedo abrirme a la posibilidad de buscar maneras de vivir la experiencia de otra manera o buscar otros caminos de encontrar cómo satisfacer mis necesidades.

Y digo cultivar pues me estoy refiriendo a cultivar con consciencia una actitud, que es muy parecido a entrenarse para correr o fortalecer un músculo.

En agosto mi investigación acerca de cómo ahorrar energía derivó a los bucles externos-interacciones negativas con otras personas. Allí yo seguía agarrada a mi frase antídoto y a mi mariposa pero no me funcionaba tan bien.

Estaba leyendo un libro acerca de chamanismo que me dio la respuesta que buscaba. El autor Víctor Sánchez propone trocear las interacciones con otras personas en secuencias pequeñas. Casi siempre las interacciones negativas son repeticiones de ciertas secuencias. Si las detectamos basta con cambiar algunas de las secuencias para frenar la interacción negativa.

Observé la interacción en la que estaba atrapada. Una persona dice una frase con la que no estoy de acuerdo. Yo contesto que pienso de otra manera. Entonces esta persona empieza a darme sus razonamientos. Yo contesto con los míos. Y así seguimos un buen rato al cabo del cual yo acabo agotada y sintiéndome muy alejada de esta persona. Me paré a observar la secuencia y a decidir por dónde podía interrumpirla. Decidí que yo podía responder dejando pasar sus palabras y sin decirle que yo pienso de otra manera. Y funcionó. (De nuevo animo a elegir una interacción negativa y trocearla para elegir por dónde tomar otro rumbo).

Hay interacciones que no son tan fáciles de desmontar y necesitan más investigación. Ahora estoy probando cuando siento pena por alguien, siento el tirón a hacerme cargo de esa persona y ponerme el disfraz de salvadora el decirme a mí misma una frase internamente «esta persona puede con su vida y es responsable de ella misma y adulta». Esto frena mi impulso, puedo ver al otro tal cual es y respetarlo en el momento que está viviendo.

Las interacciones con personas que tienden a perseguir con sus juicios y sus críticas son las que más me cuestan manejar. Con algunas personas me está funcionando el dejar de atender a sus palabras y estar en silencio mostrándome seria, con otras está siendo necesario confrontar y decirles «no quiero hablar de este tema o no pensamos lo mismo así que mejor dejar este tema».

Aunque estar a cargo de un bebé es una experiencia intensa que nos da mucha consciencia acerca de la energía que necesitamos para criar y crear, todos y todas somos madres y padres de nosotros/as mismos/as, de nuestra vida y de nuestros proyectos creativos.

Solamente necesitamos una actitud honesta y un tiempo corto de investigación para detectar por dónde se nos va la energía y luego sí, una temporada de puesta en práctica de otras maneras de pensar y actuar comenzando por algo pequeño y concreto.

Merece la pena pues gran parte de nuestra experiencia en la Tierra consiste en ser creadores y creadoras.

María Ponce de León Fuentes
Psicóloga colegiada-Terapeuta Gestalt-Arteterapeuta
www.mujerserpiente.com 

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6,9 minutos de lecturaActualizado: 25/03/2024Publicado: 14/10/2014Categorías: Desarrollo PersonalEtiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

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