El canto como terapia

El canto es una de las artes más ricas y bellas que existen, que esconden un gran poder como terapia siendo desconocido para muchos. Su estudio conlleva a una evolución hacia un estado superior y a la resolución de conflictos y problemas personales. Nos ayuda a tener un mayor estado de conciencia corporal y emocional, generándonos un gran nivel de bienestar y satisfacción personal.

La voz, esa gran desconocida a la que no se le presta atención. En ella hay muchísima información, que de modo habitual pasamos por alto y que en realidad esconde la esencia del ser. Se compone de una serie de elementos como patrones rítmicos, melódicos, prosódicos… que son controlados por el aire, y por lo tanto con el control de la respiración siendo esta la esencia de la vida. Su control y dominio nos da conciencia de nuestro cuerpo y mente ayudándonos también a trabajar el plano energético e incluso el espiritual. Aquí la importancia del estudio del canto, siendo la expresión máxima de la voz. Todo ello hace que sea una terapia holística que explicaremos en profundidad siendo una puerta de acceso a todos los planos del ser.

Cantar y respirar son dos conceptos que van unidos de la mano, ambos son inseparables. Como siempre recalcan los grandes maestros del canto “Chi sa respirare sa cantare” quien sabe respirar sabe cantar. La respiración, es una de las fuerzas más poderosas que existen ya que en ella misma se esconde la vida y la muerte, conviviendo las dos caras de una misma moneda. Se convierte así en un arma de doble filo muy beneficiosa cuando se usa en equilibrio, y totalmente destructiva y devastadora cuando se encuentra en un estado permanente de desequilibrio. Esto es apreciable en muchas personas con respiración irregular, respiración superior o clavicular, o con bloqueos respiratorios debidos no solo al plano físico sino también energético y emocional. El canto es una disciplina basada en la enseñanza paulatina de una correcta coordinación fonorrespiratoria convirtiéndose en una de las expresiones del arte más bellas que existen.

A parte de un entrenamiento físico, necesitamos un carácter disciplinado que ayude a trabajar el plano emocional. Un cantante profesional, siempre te dirá que a la hora de cantar lo que menos importa es la garganta. Y cierto es, se canta con todo el cuerpo, con la esencia del ser. Muchos cantantes aún con estados gripales y catarrales, cantan en grandes teatros con una correcta y bellísima emisión vocal. Ellos mismos te dirán que todo es debido al dominio de la técnica, personalmente diría que es mucho más. Es una conexión con algo mayor que la simple técnica vocal, que te conecta con algo más allá de un simple estado de control emocional y físico.

A nivel emocional nos puede ayudar a superar ciertos bloqueos relacionados con la tristeza o el miedo. Es un gran liberador de la tristeza, ya que como cualquier arte es una fuente de liberación; pero en este caso su fuerza es mayor que la de otras artes debido a su entrelazada relación con todos los planos del ser. Nos ayuda a expresar todo lo que llevamos dentro y a exteriorizarlo que es lo realmente difícil en cualquier terapia. Podemos decir que es un canalizador emocional.

El miedo está muy latente durante todo el estudio del canto y su posterior actividad profesional. Qué cantante no ha sufrido miedo incluso pavor ante un agudo o ante un pasaje de extremada dificultad técnica y vocal. El miedo sólo se puede combatir con el placer. Es decir, cuando un cantante es capaz de crecer ante la adversidad y disfrutar de lo que está haciendo en ese mismo instante. Cuando lo consigue es un momento mágico, podemos decir incluso de éxtasis. Al final, a mi juicio el canto es una droga en el buen sentido de la palabra. Cuando uno canta y llega a este estado yo diría que es imposible dejar de cantar, porque al fin y al cabo tu cuerpo te está avisando que esa actividad ayuda a tu ser.

Como siempre se ha dicho y pocas veces obedecemos: ”Escucha a tu cuerpo que es sabio”. Él es consciente de los numerosos beneficios que tiene el canto para tu salud, porque el canto no es una simple actividad de entretenimiento, es una disciplina que abarca desde el plano físico al energético incluso espiritual. Su estudio guiado por un buen orientador te puede llevar a una conexión superior, un estado de equilibrio aportando serenidad y un gran estado de satisfacción personal. Todo ello se traduce en que habitualmente la persona que decide comenzar o como diríamos coloquialmente “que le pica el gusanillo” del canto, tiene la necesidad inconsciente de continuar con el estudio que ha comenzado, indagar en su aprendizaje y alcanzar el arte más allá de un estado banal y superficial.

Este aprendizaje, se puede trasladar a la vida cotidiana. El estudio del canto automatiza estas sensaciones y te ayuda solventar problemas que anteriormente te generaban estrés, ansiedad, tristeza o miedo. Así, se puede desarrollar nuevas estrategias para resolver problemas aprendiendo a relativizar los conflictos, abriendo una puerta hacia un estado de conciencia superior.

A nivel físico el estudio del canto nos ayuda a tener un mayor autoconocimiento corporal y postural. Muchos profesores de canto enseñan la técnica a través de automatizar sensaciones corporales, sin saber que en muchos casos lo que están enseñando va mas allá del simple hecho de emitir un sonido de mayor o menor calidad. Se puede apreciar que en diversos casos se utilizan asanas de yoga teniendo muchas veces un desconocimiento de la disciplina.

En muchos cantantes de concierto se puede apreciar claramente como cantan desde una postura similar a “Tadasana” o postura de la montaña. Esto es consecuencia de la búsqueda inconsciente de la alineación corporal, principio que también persigue el yoga, por eso es siempre recomendable que los artistas practiquen regularmente yoga.

Este alineamiento produce un flujo energético importante que conlleva en el canto a una perfecta ejecución del mismo. A mi juicio, en el canto es más evidente apreciar esta alineación corporal porque se aprecia directamente en la calidad del sonido.

Finalmente, es importante destacar el poder de sincronización de los hemisferios cerebrales a través del canto. El hemisferio derecho es el hemisferio musical por excelencia responsable del reconocimiento de melodía y de percibir la información en su globalidad. El hemisferio derecho es el hemisferio no verbal encargado de la imaginación, creatividad e intuición. Por lo tanto, diremos que es lógico que activemos este hemisferio tratándose de música, pero, ¿el hemisferio izquierdo también lo utilizan los cantantes? La respuesta es un sí rotundo. El hemisferio izquierdo es el hemisferio lingüístico, capaz de reconocer grupos de letras formando palabras y grupos de palabras formando frases. Al cantar y declamar un texto lo estamos activando poniendo en marcha el procesamiento de información analítico y lingüístico, a la par que estamos utilizando el hemisferio derecho.

Con el estudio del canto, que es un proceso constante, ascendente y que requiere una importante disciplina, logramos una importante plasticidad cerebral. De esta forma y sin saberlo estamos activando los dos hemisferios cerebrales poniendo en marcha un proceso de sincronización cerebral que da como resultado la correcta interpretación de una obra a través de una terapia artística capaz de enriquecer tu vida personal.

Miguel Alonso
Logopeda, cantante profesional, musicoterapeuta y naturópata.
Director de Arte y Salud
www.arteysaludmadrid.com