Desde dónde elige tus Alimentos

Los diferentes niveles de conciencia considerados en la Macrobiótica, marcan la gran diferencia dentro de la percepción que podamos tener de todas las experiencias vitales. Suponen un diseño «muy personal» y único de lo que llamamos «La Realidad». Igualmente abarca la forma de alimentarnos y el propósito más importante, para hacerlo de una u otra forma.

El nivel más básico y fundamental, está comprometido con la supervivencia, estamos hablando de:

La Conciencia Mecánica y Corporal

Es la primera etapa en el recién nacido, donde lo más importante es cubrir todas sus necesidades y alimentarse para poder crecer y llegar a ser un adulto, en su orden de prioridades, no hay nada más vital para él.

En el adulto, este punto de vista, se convierte en «comer lo que sea» para saciar el apetito o cubrir la hora de la comida, algo que llevarse a la boca. Nos adaptamos a lo que hay para mantenernos vivos.

 

La Conciencia Sensorial

Aquí los sentidos desempeñan un importante papel en lo que decidimos comer. El principal objetivo es obtener placer y satisfacción «solo aquello que nos lo aporta formará parte de nuestra selección».

 

La Conciencia Emocional

Igual que el niño que ha cubierto la primera etapa Mecánica y Sensorial, ahora aparece su necesidad de cariño. Necesita sentirse querido y aceptado, y esto le proporciona bienestar emocional.

Los adultos también buscan este bienestar emocional en los diferentes alimentos; el azúcar para endulzarse la vida, la leche para seguir alimentados por la madre, el pan para protegerse, la carne para poder defenderse de los «posibles» ataques y ser el más fuerte.

 

La Conciencia Mental

Aquí abordamos todos los fenómenos con Conceptos e Ideas, intentando descubrir el mundo que nos rodea.
Aparece una visión más racional, donde las cosas se ordenan y se fragmenta la visión global del Mundo. La verdad es sólo esa parcela que la ciencia puede probar que existe.
Comemos esto o aquello, porque tiene mucha Vitamina D, abundantes proteínas o muchos minerales (no importa si tanta abundancia podemos digerirla y metabolizarla, o no!)

 

La Conciencia Social

Es un nivel de conciencia más elevado, donde vamos más allá de nosotros mismos y percibimos que somos parte de una realidad mayor. Empiezan a tener sentido términos como la injusticia, la desigualdad, el derroche, el hambre, la solidaridad, la ecología, el cambio climático, la paz y la economía.

Comenzamos alimentarnos desde esta visión, cuando tratamos de conseguir alimentos de «comercio justo», kilómetro cero, locales y de temporada,… que no malgasten energía en su transporte y conservación, que no causen pobreza en otros pueblos…

 

La Conciencia Espiritual

Aquí comienza a manifestarse en nosotros el verdadero espíritu religioso. Palabra que viene del latín y significa re – ligar, volver a unir, sentirnos Uno con todo cuanto existe, volver a vivir desde esa Unidad donde la justicia universal y el sentido profundo de la vida recuperan toda su relevancia: «Con todo cuanto existe queremos compartir nuestro alimento»

 

La Conciencia Suprema

Significa haber llegado a descubrir nuestro verdadero SER. Un estado de Gracia, donde descubrimos la unión con el Mundo. Ya no hay sujeto y objeto, ya no hay 2, solo hay UNO. Ya no hay quien se da cuenta de que está unido al mundo. Solo la unidad infinita, manifestada en cada pequeña diferencia.

Desaparece el pasado y el futuro, nos movemos y fluimos en el ahora, con la alegría y el dolor, la risa y las lágrimas.

A la hora de alimentarnos, el propósito que tiene más peso es hacerlo para llegar a desarrollar al máximo, nuestro potencial como seres humanos.

 

Ninguno de los niveles de conciencia anteriores quedan excluidos de este último. Se integran perfectamente uno en otro, hasta completar el puzzle de nuestra existencia.

Eso sí, con un orden de prioridades y porcentajes, distinto que al principio.

En esta escalera de «AutoConciencia»:

  • Mecánico. 1º Sabemos que tenemos que alimentarnos adecuadamente si queremos crecer y mantenernos sanos
  • Sensorial. 2º Disfrutamos con los diferentes sabores, texturas y colores de nuestra comida
  • Emocional. 3º Buscamos los mejores alimentos para sentirnos bien, relajados y en paz.
  • Mental. 4º No sólo cuidamos tener suficientes nutrientes, si no también que sean fáciles de digerir y aprovechar, reconociendo que también la comida es «energía» con diferentes cualidades que podemos igualmente escoger según nuestras necesidades.
  • Social. 5º Un peldaño más de esta escalera, nos muestra cómo y en qué proporciones alimentarnos de la manera más saludable, teniendo en cuenta a los demás, colaborando con la MadreTierra, de forma que haya para todos suficiente.
  • Espiritual. 6º Tenemos en cuenta los alimentos que nos ayudan más a desarrollar los niveles superiores de conciencia y moderar los que nutre nuestras percepciones más básicas. Escogemos alimentos con una importante carga de luz para desarrollar una mente lúcida, mayor discernimiento para ser cada vez más autoconsciente de nuestra Verdadera Naturaleza.

 

Todo esto me recuerda una anécdota situada en tiempos antiguos, donde un gran «entendido» en Sutras viaja buscando un maestro que le ayude a «despertar». Y por el camino se encuentra una anciana vendiendo bollos. Se para a comprar uno y le pregunta por el monasterio de dicho maestro, comienzan a hablar de las enseñanzas de los Sutras y de la Gran Mente. Justo en el momento de morder el bollo, la anciana le detiene y la pregunta:
¿Con qué Mente te vas a comer este bollo?

Muy buena pregunta, no sólo para aquel monje, sino para cada uno de nosotros

¿Con qué Mente eliges tu Comida?

Os proponemos un buen ejercicio de 10 días para hacer autovaloración y ver en qué punto estamos.

  • Para comenzar es muy recomendable dejar de consumir alimentos que nos nublan y nos descentran,
    tales como: azúcar refinado, harinas refinadas y horneadas, exceso de grasas y lácteos.
  • Basar nuestra alimentación en productos más tradicionales y menos procesados: Cereales Integrales, Legumbres, Verduras, Frutas de estación, Algas, Semillas y Frutos secos.
  • Tomar durante 10 días seguidos este REMEDIO para armonizar: CALDO DE VERDURAS DULCES (Ver Receta)

RECETA CALDO DE VERDURAS DULCES

Ingredientes:
1 vasito de Repollo, 1 Vasito de Zanahoria, 1 vasito de Calabaza, 1 vasito de Cebolla, 5 vasos de agua

Se cortan las verduras en trozos medianos.

Se ponen a hervir con los 5 vasos de agua durante 20 min.

Se cuela el caldo y se bebe templado.
La mejor hora para tomarlo es para merendar.

Una vez pasados estos 10 días, en los que habremos cuidado nuestra alimentación, y nos habremos conectado más con nuestro centro. Estaremos en mejores condiciones como para poder hacer una AutoReflexión y empezar a orientar nuestra vida y nuestra alimentación en la dirección que queremos ir.

Mª Rosa Casal
Consultora y Profesora Macrobiótica.
Directora de Escuela de Vida
www.escueladevida.es