Aprende a cambiar tu vida con PNL

En los últimos 50 años el ser humano ha aumentado el entendimiento que tiene de sí mismo más que en los 2.000 años anteriores. Sin embargo, nuestra capacidad de disfrutar de la vida no ha aumentado. No hemos visto un cambio correspondiente en expandir y ensanchar nuestro sentido de vitalidad y crecimiento. Creo que se puede vivir una vida más plena y rica de la que la mayoría de nosotros mismos vivimos en la actualidad”.

Estas palabras fueron escritas por Fritz Perls, médico neuropsiquiatra en 1973.

Si con estas mismas palabras podemos definir lo que sucede en la actualidad sería bueno preguntarse,

¿qué sucede?

¿no tenemos herramientas para cambiar?

¿nos falta perseverancia en rutinas de cambio, profundidad en las técnicas utilizadas?

Vamos a reflexionar sobre estas preguntas en la búsqueda de respuestas acertadas y para ello vamos a utilizar informaciones de las neurociencias: de la PNL Transpersonal y de la Epigenética.

Posiblemente la frase más repetida por los profesionales de la PNL es aquella que afirma que “El mapa no es el territorio”, una aportación de la semántica general de Korzybski.

Él estaba convencido de que gran parte del sufrimiento humano se origina en la confusión entre nuestros modelos o representaciones internas del mundo (mapas) con la “realidad” (el territorio), o lo que cada uno concibe como realidad: “Hay ‘mapas’ más precisos que otros, algunos nos pierden en el laberinto, otros esconden pistas de tesoros… pero ningún mapa es ‘el único acertado o verdadero”.

Los profesionales de la PNL han desarrollado durante décadas instrumentos para ayudarnos a realizar ese cambio posible pero que por nuestro mapa vemos ‘imposible’. En definitiva: hoy sabemos que “recartografiar” un mapa es algo viable y realizable por cualquier persona que tenga las herramientas adecuadas y el manual de instrucciones de cómo utilizarlas.

Robert Dilts, uno de los principales exponentes de la PNL, nos dice en su libro “El Poder de la Palabra”, (Editorial Urano, 2003): “Cualquier objetivo que nos fijemos actúa como un polo de atracción para nuestra atención determinando de forma automática qué es lo que se considera pertinente o relevante y qué no lo es para acercarnos al logro de ese objetivo”.

Cada vez que estamos “emocionalmente” interesados en algo, nuestros mecanismos de percepción actúan como radares

Quiere decir que cada vez que estamos “emocionalmente” interesados en algo, nuestros mecanismos de percepción actúan como radares que destacan de forma automática cualquier información relacionada con el objetivo. Y destacamos la emocionalidad porque es la clave para que este mecanismo funcione.

Pongamos algunos ejemplos:

  • Cuando una pareja recibe la noticia de que están embarazados inmediatamente comienzan a ver mujeres embarazadas en todas las calles y cochecitos, pañales y ropa de bebé en un sinfín de tiendas.
  • Cuando has elegido comprarte un coche, a partir de ese momento comienzas a verlo constantemente, es sin duda el coche que está de moda y no te habías dado cuenta. Aquí existe esa emocionalidad que activa una atención selectiva.
  • Si un día te pesas en la báscula y ves que estás engordando es muy probable que una autoritaria voz interna diga: “tienes que adelgazar”. Todos lo sabemos que este deseo dura un día, o día y medio a lo sumo, porque si no hay emocionalidad no hay compromiso.

Hoy las neurociencias nos explican este mecanismo de selección inconsciente. Se ha comprobado que cuando existe ese deseo se pone en marcha el SAR, el Sistema Activador Reticular, una estructura neurológica del tallo encefálico, una de sus partes más antiguas, que puede filtrar hasta el 99,9% de la información externa “dejando pasar” aquello en lo que la persona está emocionalmente involucrada.

Estamos en un momento apasionante de nuestra existencia por la cantidad de información de la que disponemos para poder cambiar nuestras vidas.

Hoy sabemos que nuestros pensamientos y emociones cambian la estructura de nuestro cerebro y que éste, a su vez, dirige las funciones de nuestro cuerpo, determinando en consecuencia nuestros sentimientos, nuestra manera de interactuar con el mundo y en definitiva quienes somos.

Dice el Dr. Fabio Celnikier, médico psiquiatra y especializado en Epigenética: “Estamos al borde de una gran revolución médica, atravesando los umbrales que nos llevan a una medicina distinta y personalizada basada en nuestra propia base de datos genéticos y epigenéticos. Es un cambio sin precedentes respecto a los modos de entender la salud y la enfermedad, el desarrollo prenatal y posnatal y el envejecimiento. La idea de que ya no somos más víctimas de nuestros genes, sino que tenemos una responsabilidad para con ellos y para con los de nuestras generaciones futuras, es un cambio importante en nuestra visión de la persona. En este camino emprendido podremos entender la trascendencia ‘transgeneracional’, el legado de nuestros genes desde nuestros bisabuelos hasta nosotros y desde nosotros hacia nuestros bisnietos, como nunca lo habíamos registrado con nuestras humanas mentes”.

Está totalmente verificado lo que el Dr. Bruce Lipton nos dijo en su libro “La biología de las creencias” (de venta en Amazon): las creencias y los pensamientos influyen en el ADN y cambiarlos repercute en nuestra salud.

Hay un modo completamente distinto de enfocar el cambio que en PNL denominamos enfoque generativo o de enriquecimiento. En lugar de buscar lo que anda mal y arreglarlo, es más importante pensar acerca del modo en que podría enriquecerse tu vida, poner allí la atención y cargarlo de emocionalidad y pasión.

No permitamos que las decisiones de nuestro futuro la tomen los viejos patrones inconscientes de nuestro pasado, experimentemos la libertad de elegir hacia dónde queremos ir y convirtámonos en el guía de nuestra propia vida.

De esta forma las neurociencias: la PNL Transpersonal y la Epigenética se dan la mano para cambiar tu vida y dirigirla hacia tus sueños.

 

Techu Arranz

institutopotencialhumano.com